La respuesta corta es que no. Pero se han encarecido los vehículos porque ha variado la forma de medir las emisiones de CO2.
La nueva normativa WLTP que ha entrado en vigor este año proporciona una base más precisa para calcular el consumo real de combustible de un vehículo y sus emisiones de CO2 (son más cercanos a los de una conducción real).
El impuesto de matriculación se paga por tramos estando exentos los vehículos con emisiones inferiores o iguales a 120 gr/km CO2. Pagan un 4,75% aquellos con emisiones superiores a los 120 gr/km e inferiores a 160 gr/km. El impuesto es del 9,75% en los de emisiones entre 160 y 200 gr/km CO2, y pagan un 14,75% los de emisiones mayores o iguales a 200 gr/km CO2.
Los vehículos que hasta final de 2020 no llegaban a 120 gr/km no pagaban impuesto de matriculación, pero desde el 1 de enero, con las nuevas mediciones WLTP, las cifras de emisiones se han incrementado haciendo que pasen de tramo.
Con la normativa anterior aproximadamente un tercio de los vehículos estaba exento del pago del impuesto mientras que ahora no llegan al 10% de los mismos los que están exentos.
Al variar las mediciones también se ve afectado el impuesto de circulación. Vehículos que hasta el año pasado estaban exentos de su pago a partir de ahora tienen que abonarlo y otros, que ya lo pagaban, pasan al siguiente tramo impositivo.
Es cierto que este cambio estaba previsto desde hace años y que su intención es la protección del medio ambiente. No parece, sin embargo, que el momento elegido sea el más oportuno. La destrucción de puestos de trabajo en el sector privado junto con la subida de tasas e impuestos no parece la mejor receta.